El cine no es únicamente un medio de entretenimiento porque no influye solamente en las modas y en nuestras costumbres, sino que también se puede ver su influencia en algunos acontecimientos políticos y económicos. Durante muchos años, desde 1895 hasta 1950, el cine era el gran medio de expresión sin prácticamente alguna competencia. Esto lo ha convertido en un arte muy influyente en el siglo XX. Un gran ejemplo de esto se ve presente en la detención de Ana Frank, esta tenía en la mano la foto del actor Robert Stark, quien fue un ídolo entre el público femenino de la época. La industria cinematográfica ha mostrado una imagen idealizada de los actores mostrando solo las virtudes, dejando a un lado sus defectos lo que ha conllevado a los espectadores a tener unas expectativas muy altas sobre algunos ámbitos de la vida como la vida personal y profesional que llevan los famosos o las relaciones amorosas.
Dentro de la moda, algunas mujeres como Merlene Dietrich y Jean Harlow pusieron de moda las tendencias de llevar pantalones o depilarse las cejas o el hombre Clark Gable que aparece sin camiseta interior en una película y esto provoca un descenso en las ventas de camisetas. En el sector del lenguaje, el cine ha influido en la utilización de algunas palabras de nuestro vocabulario que actualmente utilizamos sin pensar en su origen; como la palabra “paparazzi” proveniente del periodista llamado Paparazzo en la película de La dolce vita. Si nos vamos hacia la repercusión de esta industria en la sociedad podemos hablar del movimiento ecologista que provocó la película de Bambi (1942). Por otro lado, durante las épocas de crisis, el cine crece creando películas de aventuras, musicales, comedias y de terror. Durante los años treinta aparecen los grandes monstruos televisivos como el Drácula, Frankenstein, King Kong… Estos personajes transmitían a los espectadores que fuera de sus territorios ocurrían cosas mucho peores, lo que les evadía por unas horas de sus propios problemas. Poniendo un ejemplo mucho más cercano a nuestros días podemos hablar del boom cinematográfico de películas de terror mucho peores que las antiguas durante la crisis financiera de 2007.
No podemos olvidar que el cine no solo ha sido utilizado de manera beneficiosa para la sociedad global y el crecimiento de esta, puesto que es las guerras desencadenan hace un mal uso de esta industria utilizando el cine como un medio poderoso de propaganda; como lo usa Hitler para promover el nazismo. El método que utilizaban era la repetición de lo que proyectaban hasta que lo que era mentira se convirtiese en verdad. El comunismo también utiliza el cine y en Hollywood un tercio de las películas que se rodaron durante la Segunda Guerra Mundial son propagandísticas, en las cuales se alaba a los americanos y se martiriza a los japoneses y alemanes. Un ejemplo de película propagandística es Casablanca o El gran dictador. Tras la masacre de la Segunda Guerra Mundial el cine plasma la necesidad de explicaciones trascendentales para nuestra vida. Por ejemplo, el estreno de Ghost elevó el interés en las experiencias supraterrenales y con películas como ¡Qué bello es vivir! o Caballero sin espada se logró ayudar a superar la depresión de la guerra a los americanos.
Como conclusión, el cine no es un mero entretenimiento ni solamente una herramienta de ocio cuando no tenemos que encargarnos de nuestras responsabilidades; sino que actúa de manera muy influyente en casi todos los aspectos de nuestra vida de manera susceptible hasta el punto de que no podamos verlo.
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