En este post analizaremos
los principales motivos por los cuales el contenido de ficción se ha
desplazado hacia las plataformas de streaming y están
desapareciendo progesivamente de la parrilla televisiva.
1. Libertad de espacio
y tiempo
Las ficciones que forman
parte de las plataformas de streaming pueden ser consumidas en
cualquier momento y lugar, algo inconcebible en la televisión, ya
que en esta tiene que estar dentro de una parrilla ya establecida.
Además, normalmente los
canales que se ven en un país no se pueden ver en los televisores de
los países extranjeros, mientras que las plataformas, al estar
instaladas de forma on line, sí.
2. Espacio
publicitario
El contenido en las
plataformas no está cortado por los espacios publicitarios. La
problemática de esto reside en dos aspectos fundamentales: primero,
los creadores de la ficción estructuraban el guion a conciencia
dependiendo de los anuncios, algo que en algunas ocasiones resultaba
ser un inconveniente para la calidad del producto; segundo, estas
pausas desconectaban a los espectadores de la serie/película, hacían
que perdiesen parte del interés, ya que elimina el factor
"absorbente" que debe tener el contenido para atrapar al
público.
3. Competencia de
audiencias
Las distintas cadenas de
televisión programan sus contenidos dependiendo de lo que hagan las
otras. De esta forma, ponen dos programas o series de corte y target
similar, y crean así una competencia de audiencia que será la que
produzca un mayor beneficio. Esta competencia provoca que algunas
ficciones de calidad, al no conseguir cierto número de espectadores
en un determinado momento, se dejen de grabar y emitir.
En las plataformas de
streaming, sin embargo, las ficciones pueden ser vistas cuando
el espectador desee, ya que las producciones propias están siempre y
las que han sido previamente compradas/alquiladas están más tiempo
en catálogo en comparación a la televisión.
4. Maratones
seriéfilos
Uno de los aspectos más
populares que se utilizan para revalorizar una ficción son los
llamados "maratones seriéfilos". Varios portales de
Internet se dedican a mostrar las estadísticas sobre las series más
maratoneadas, incluso las propias plataformas como Netflix publican
sus producciones más destacadas en este ámbito.
5. Calendario
televisivo
En la televisión, la
única forma de seguir una serie al momento es de forma semanal, algo
que dista mucho de los maratones anteriormente mencionados que se
realizan en las plataformas. Además, la tv está sometido al
calendario de programación, que dependiendo del país, tiene unas
necesidades distintas. En el caso de España, las series se dejan de
emitir, aunque no haya finalizado la temporada, en Navidad y Semana
Santa.
6. Durabilidad de los
episodios
En la televisión, para
ocupar una zona razonable de parrilla que se ajustase a la producción
de la serie, requería unos tiempos establecidos por episodio (50
minutos los más cortos y 80 los más largos). Con las plataformas
estos cánones desaparecen, ya que no están sujetos a ninguna
programación, lo que permite una mayor versatilidad.
7. Cineastas de
prestigio
Las principales
plataformas han comenzado a contratar producciones a grandes
cineastas de prestigio que, anteriormente, se dedicaban al cine o a
la televisión. Han abierto así un nuevo espacio de calidad para sus
colecciones, ya que estos contenidos se mostraran única y
exclusivamente en cada una de estas plataformas. Algunos ejemplos
son Martin Scorsese, Woody Allen, Joel y Ethan Coen, David Fincher,
Ryan Murphy o Steven Sodenbergh.
Todos estos aspectos han
sido bien recibidos por las cadenas de televisión, que ya se están
preparando para dar un paso y evolucionar ante las nuevas exigencias
del espectador. Como ejemplo, tenemos el caso de Antena 3, quien ha
llegado a diversos acuerdos con las distintas plataformas,
principalemente Netflix, para poder seguir produciendo una ficción
que les genere benificios aunque esta no vaya a ser estrenada en su
canal.
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